domingo, 25 de septiembre de 2011

“Un pedazo de bondad llamado Gaia”

                                                                        “¡Cuando los hombres escupen al suelo, 
se escupen a si mismos!” 
Txus Di Fellatio
Cada vez que tomo un papel entre mis manos, se me presenta un nuevo reto, y aquí comienza mi batalla, entre estos folios en blanco  sin conocer la forma más adecuada de explicar lo que quiero decir. Y es así como hoy me decido a escribir,  y a compartirte a ti amigo lector, un sentimiento que traspasa fronteras de cualquier índole; pues, desde donde te escribo el poder y sus leyes no tienen ningún efecto,
Hoy, con cierta distancia de alguna hidra social, me atrevo a afirmar, que la civilización moderna padece la enfermedad más cruel que pueda asechar a la vida; el olvido. La sociedad hoy tiene Alzheimer. Pareciera que se nos han olvidado las trasgresiones cometidas por nuestros antepasados, aquellos individuos  que con ideales banales de conquista y esa sed de venganza, solo consiguieron la extenuación de aquello que la naturaleza nos ha brindado, que por conseguir puñados de progreso, poco a poco ha vendido su hogar, y que aún a pesar de los resultados denigrantes obtenidos durante milenios, insisten en la extinción de Gaia, nuestra madre naturaleza, un ser vivo creador de su propio hábitat, la bondad hecha vida.
 “Desde el principio de los tiempos, los ríos han sido las arterias que transportaban vida. La tierra fue la piel de Gaia, los bosques y las montañas, su pelaje. Todo estaba en permanente armonía, hasta que apareció el ser más cruel y caprichoso que jamás conoció este planeta: el hombre. Una forma de vida supuestamente inteligente, pero desperdiciada por la codicia, la violencia y la incultura” Txus di Fellatio.
Durante años, hemos podido disfrutar de los astros, de ecosistemas repletos de diversa flora y fauna, de ríos  y paisajes deslumbrantes, pero de manera vehemente y en sentido inverso hemos desperdiciado lo que nos ha sido regalado. El ser humano se ha transformado en un mal que enferma y mata progresivamente al planeta. La búsqueda de una mayor comodidad y satisfacción personal, lo ha llevado a explotar hasta el más recóndito lugar de la Tierra. Se ha vuelto un criminal de seres que indefensos, no pueden expresar su dolor al traficar con sus pieles, y con ello hago referencia a lo siguiente: "Una nutria observa desde algún punto como han capturado a su amor, y mientras observa los filosos cuchillos que atraviesan su piel, se pregunta: ¿Por qué si los hombres tienen piel, matan por otra tener?."
La codicia humana ha conseguido poner fronteras a los sentimientos y determinar el hogar de una persona, denigrar a los más desfavorecidos, y solo beneficiar a aquellos que son de su elite más cercana. A causa de esta incansable búsqueda vanguardista, ha alimentado el caos, la violencia, la contaminación, el agotamiento de recursos naturales, y en general la decadencia nuestro hábitat.
“Los hombres ya no son mamíferos, el ser humano no se convirtió en depredador, la raza humana somos simplemente un virus; matamos, crecemos y nos multiplicamos” Txus Di Fellatio.
Los seres humanos somos los más grandes consumidores, y sin embargo, nadie nos consume. La mejora en la calidad de vida es un factor inherente a la naturaleza humana, pero también es producto de una irresponsabilidad fincada en la inconsciencia del daño irreversible que producimos a un sector específico. Necesitamos comprender que los fenómenos naturales de los que somos víctimas, como tsunamis, tornados, entre otros; los hemos incitado nosotros mismos, el planeta se encuentra enfermo y esa es su respuesta ante nuestro perjuicio, lo que no nos convierte en víctimas, sino en victimarios. El hombre por sí mismo construye su propio fracaso, por eso nos extinguimos. El  nunca fue dueño de Gaia, es justamente al revés.
Debemos comprender que le progreso se encuentra en el espíritu de una persona y no en una ciudad, dejar de convertir esclavos para florecer, y aprendamos de ellos a vivir. Los animales poseen la misma capacidad de sentir dolor que los seres humanos y por ello, de resistirlo cuando su cuerpo es lastimado. Pero en su caso, la crueldad del tormento es mucho mayor, porque no tienen una mente que les explique su sufrimiento, y tampoco esperanza de cuándo habrá que soportar por última vez un dolor extremo.
“A ti te mando un corazón derretido, un torpe arrebato de ternura, una lámpara tenue frente a mis ojos y unas ganas inefables de seguir luchando afanosamente para que el alba sea alba” Denisse Dreser    
Dejemos de conquistar naciones y conquistemos hoy el corazón de la miseria humana. A ti que me lees hoy, te sugiero; no permitas que el sol de la mañana y la brisa de la noche, vuelvan jamás a ser testigos de injusticias sobre cualquier pueblo o cultura, que el canto de un pájaro no sea un réquiem por el mar, que una frontera jamás consiga determinar el país de una flor, y lucha porque todo cuanto nos rodea, alimenta y da vida sea merecedor de nuestro respeto y amor.

Referencias: 
Di Fellatio Txus en Trilogía “Gaia” de Mägo de Oz, España 
Dresser Denis “Carta de amor” México; 2011 en http://www.vanguardia.com.mx/cartadeamor-628286-columna.html
 
Nota: pueden checar este video http://www.youtube.com/watch?v=e3C6V7tpo_Y

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